José Pardo Sastrón nació el 15 de abril de 1822 en Torrecilla de Alcañiz y murió en Valdealgorfa el 29 de enero de 1909. Los ayuntamientos de estas dos poblaciones del Bajo Aragón preparan la conmemoración del primer centenario de su fallecimiento que se desarrollará, con diversos actos, a lo largo de todo el próximo año 2009.
José Pardo Sastrón, farmacéutico de profesión que ejerció en Torrecilla de Alcañíz, La Codoñera, Castellote y Valdealgorfa, fue un científico aragonés de renombre a lo largo del siglo XIX en el campo de la investigación botánica. Sus trabajos, por separado o en colaboración con su contemporáneo Francisco Loscos (1823-1886), farmacéutico de Castelserás durante la mayor parte de su vida y natural de Samper de Calanda, adquirieron gran proyección internacional entre los científicos de la época.
Francisco Loscos y José Pardo Satrón publicaron varias obras conjuntamente sobre las plantas de Aragón, entre los años 1863 y 1867. Del trabajo conjunto de estos años surgieron la publicación en Dresde de la “Series incofecta plantarum indigeniarium Aragoniae praecipue meridionalis” y la de la edición castellana de esta misma obra, en “El Restaurador Farmacéutico”, bajo el título de “Serie imperfecta de las plantas aragonesas, particularmente de las que habitan en la parte meridional”. Una segunda edición de este libro apareció en Alcañiz entre 1866 y 1867, publicada en la Imprenta U. Huerta.
Del trabajo investigador de José Pardo Satrón en solitario cabe destacar una preciosa obra titulada “Catálogo o enumeración de las plantas de Torrecilla de Alcañiz, así espontáneas como cultivadas”. En la cubierta se identifica al autor como licenciado en Farmacia y socio corresponsal de varias sociedades científicas nacionales y extranjeras. Editado en Zaragoza el año 1895, en la portada interior José Pardo Sastrón incluyó una advertencia muy propia de su modesta forma de ser: “trabajillo de poco fuste, pero si uno semejante tuviéramos de cada pueblo!”
En el catálogo de las plantas de Torrecilla, al que se le añade un apéndice sobre las de Valdealgorfa, Pardo no se limita a la exposición científica de la flora de este pueblo del valle del Mezquín sino que especifica la partida del término municipal en que se halla cada planta y emite sobre ella todo tipo de comentarios. Por ejemplo, de la “Pulicaria dysenterica Gaertu asegura que tiene unas flores que “huelen a pescado en escabeche al estrujarlas entre los dedos”. “La Kentrophyllum latatum De C.” es vulgarmente conocida como “azotacristos” porque “al separar del tallo las cabezuelas, fluye un líquido que aplicado a la piel produce, al secarse, una mancha de color sangre seca”. Una planta medicinal de cierta importancia es la “Lappa minor De C.”, llamada “laparaza” o “cachurrera”. “A sus cabezuelas sazonadas, armadas de espinas ganchosas, las llaman “cachurro” y las tiran los niños mal criados al pelo de las mujeres en tiempos de fiestas. Hay quien dice que con las hojas de esta planta se confeccionó el primer traje de nuestra madre Eva. Lo cierto es que son las hojas de mayores dimensiones que se conocen en el país, exceptuando acaso las de col”. Sobre plantas cultivadas, Pardo afirma que “hoy no se podría vivir sin las patatas, que tan mal fueron recibidas al principio”. De la “Phlomis Lychnitis. L.” o “Candilera”, que abunda en cabezos y ribazos, dice que “por su abundancia y por estar en plena flor por aquellos días, se suele usar para alfombrar las calles en la procesión del Smo. Corpus. Un señor sacerdote y varias personas curaron de almorranas, sólo con llevar en el seno en contacto con la piel, un paquete de hojas de Candilera. Así me lo cuenta el señor sacerdote que se curó".
Los “Diarios”, que Pardo escribió entre 1848 y 1909, son toda una crónica de 61 años de la historia de Torrecilla y de Valdealgorfa, preferentemente, pero también de todo el Bajo Aragón. Se encuentran en el Archivo Municipal de Alcañiz y no han sido editados nunca.
El año del centenario de Pardo comenzará el 29 de enero 2009 en Valdealgorfa pero se desarrollará a lo largo de todo el año, dentro de un extenso y variado programa cultural que preparan los ayuntamientos de Torrecilla y Alcañiz, aunque con proyección para todo Aragón.
José Pardo Sastrón, farmacéutico de profesión que ejerció en Torrecilla de Alcañíz, La Codoñera, Castellote y Valdealgorfa, fue un científico aragonés de renombre a lo largo del siglo XIX en el campo de la investigación botánica. Sus trabajos, por separado o en colaboración con su contemporáneo Francisco Loscos (1823-1886), farmacéutico de Castelserás durante la mayor parte de su vida y natural de Samper de Calanda, adquirieron gran proyección internacional entre los científicos de la época.
Francisco Loscos y José Pardo Satrón publicaron varias obras conjuntamente sobre las plantas de Aragón, entre los años 1863 y 1867. Del trabajo conjunto de estos años surgieron la publicación en Dresde de la “Series incofecta plantarum indigeniarium Aragoniae praecipue meridionalis” y la de la edición castellana de esta misma obra, en “El Restaurador Farmacéutico”, bajo el título de “Serie imperfecta de las plantas aragonesas, particularmente de las que habitan en la parte meridional”. Una segunda edición de este libro apareció en Alcañiz entre 1866 y 1867, publicada en la Imprenta U. Huerta.
Del trabajo investigador de José Pardo Satrón en solitario cabe destacar una preciosa obra titulada “Catálogo o enumeración de las plantas de Torrecilla de Alcañiz, así espontáneas como cultivadas”. En la cubierta se identifica al autor como licenciado en Farmacia y socio corresponsal de varias sociedades científicas nacionales y extranjeras. Editado en Zaragoza el año 1895, en la portada interior José Pardo Sastrón incluyó una advertencia muy propia de su modesta forma de ser: “trabajillo de poco fuste, pero si uno semejante tuviéramos de cada pueblo!”
En el catálogo de las plantas de Torrecilla, al que se le añade un apéndice sobre las de Valdealgorfa, Pardo no se limita a la exposición científica de la flora de este pueblo del valle del Mezquín sino que especifica la partida del término municipal en que se halla cada planta y emite sobre ella todo tipo de comentarios. Por ejemplo, de la “Pulicaria dysenterica Gaertu asegura que tiene unas flores que “huelen a pescado en escabeche al estrujarlas entre los dedos”. “La Kentrophyllum latatum De C.” es vulgarmente conocida como “azotacristos” porque “al separar del tallo las cabezuelas, fluye un líquido que aplicado a la piel produce, al secarse, una mancha de color sangre seca”. Una planta medicinal de cierta importancia es la “Lappa minor De C.”, llamada “laparaza” o “cachurrera”. “A sus cabezuelas sazonadas, armadas de espinas ganchosas, las llaman “cachurro” y las tiran los niños mal criados al pelo de las mujeres en tiempos de fiestas. Hay quien dice que con las hojas de esta planta se confeccionó el primer traje de nuestra madre Eva. Lo cierto es que son las hojas de mayores dimensiones que se conocen en el país, exceptuando acaso las de col”. Sobre plantas cultivadas, Pardo afirma que “hoy no se podría vivir sin las patatas, que tan mal fueron recibidas al principio”. De la “Phlomis Lychnitis. L.” o “Candilera”, que abunda en cabezos y ribazos, dice que “por su abundancia y por estar en plena flor por aquellos días, se suele usar para alfombrar las calles en la procesión del Smo. Corpus. Un señor sacerdote y varias personas curaron de almorranas, sólo con llevar en el seno en contacto con la piel, un paquete de hojas de Candilera. Así me lo cuenta el señor sacerdote que se curó".
Los “Diarios”, que Pardo escribió entre 1848 y 1909, son toda una crónica de 61 años de la historia de Torrecilla y de Valdealgorfa, preferentemente, pero también de todo el Bajo Aragón. Se encuentran en el Archivo Municipal de Alcañiz y no han sido editados nunca.
El año del centenario de Pardo comenzará el 29 de enero 2009 en Valdealgorfa pero se desarrollará a lo largo de todo el año, dentro de un extenso y variado programa cultural que preparan los ayuntamientos de Torrecilla y Alcañiz, aunque con proyección para todo Aragón.
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