sábado, 3 de enero de 2009

Todos los vascos tropiezan 15 veces en la misma piedra

Si el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, los vascos tropiezan 15. El lehendakari Ibarretxe convoca las elecciones al Parlamento vasco para el 1 de marzo, día para el que ya se habían convocado las elecciones gallegas. Y en el PNV pretenden que alguien se crea eso de que "hace falta que tengamos un gobierno fuerte lo antes posible para hacer frente a la crisis". La realidad es que Ibarretxe hace coincidir los comicios vascos con los gallegos a fin de debilitar a sus adversarios del PSE y PP que tendrán que desdoblarse durante dos semanas en dos campañas electorales simultáneas.

De esta forma, el PNV no oculta su temor a que después de 30 años de hegemonía, se produzca la alternancia en la lehendakaritza y un lehendakari no nacionalista, probablemente socialista, se haga con el poder. Craso error peneuvista, esto de desvelar sus temores, comentan algunos oráculos. En el PSOE no han tardado un minuto en afirmar que Ibarretxe “actúa a la desesperada”. El PNV, sin embargo, no hace otra cosa que llamar a rebato. Y cuando el PNV lanza el SOS, le surgen votos en los más insospechados puntos del planeta. Si el PNV demanda auxilio, lo obtendrá en la recóndita Euskal Etxea de la Patagonia, donde seguro que hay batzoki.

Eusko Alderdi Jetzalea-Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV) parece tan debilitado, ha cometido tantos errores que ahora o nunca, a decir de los grandes oráculos, tendrá que perder el Gobierno vasco. Pero resulta que estos líderes antinacionalistas de la opinión son también vascos que tropiezan quince veces o más con el mismo canto. “El cambio político en Euskadi, si finalmente se produce, habrá llegado sin dramatismos y después de una larga, muy larga, maduración. La solución, en 57 días”, escribía ayer Emilio Alfaro en EL PAIS. Larga maduración es la que buscan, con el fruto bien embolsado contra el gusano nacionalista, todos los líderes de opinión de los medios de comunicación antinacionalistas, que son la mayoría, como siempre ha ocurrido. Incluso en los momentos de mayor fortaleza peneuvista, los medios de comunicación más poderosos del País Vasco han sido contrarios al nacionalismo. Y jamás han logrado esa “larga maduración” política contra el nacionalismo vasco en general y contra el PNV, en particular. Si ahora, en marzo, lo consiguen, será un triunfo sin precedente.

Es difícil vencer al PNV porque en el partido que fundó Sabino Arana, a la hora de la verdad, cabe todo: desde burukides hermanados con la izquierda abertzale pro etarra hasta alcaldes que dicen estar hartos de que su partido, el PNV, viva constantemente a “a tortazos con España”, pasando por ilustres líderes de opinión en los medios de comunicación del País Vasco que critican con aspereza al partido jetzale, pero que nacieron bajo el manto de la revolución en JEL (Jangoikoa eta lege zarra-Dios y leyes viejas) y eso no se olvida nunca. Quizá hayan dejado de votar en comicios generales, europeos o en los municipales. Pero como el PNV se encuentre en peligro de perder Ajuria Enea, volverán a votar al partido al que siempre votan cuando pasan por las urnas: el Partido Nacionalista Vasco, el de Arzalluz, Egibar, Urkullu, Ortúzar o Anasagasti que es el mismo que abandonó Garaikoetxea, el de Josu Jon Imaz y Joseba Arregi o en el que militó Emilio Guevara Saleta y tantos otros que parece que se fueron para nunca más volver. Pero la marcha sin retorno de la “casa del padre” es algo que en el nacionalismo vasco, particularmente en el PNV, ocurre en contadísimos casos y en muy aisladas ocasiones.

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