Ramón Mur
Toni Losantos, faldonero metropolitano de Diario de Teruel, llama a Antonio Arrufat, “bajoaragonés confeso y presidente de la Diputación”. Y lo hace en su faldón ‘Farmacias’ del miércoles 3 de junio, dedicado a la inauguración en Teruel metrópoli de la exposición itinerante ‘Natura Vivens’ sobre la vida y la obra de José Pardo Sastrón.
Tiene gracia esto de llamar “bajoaragonés confeso” al presidente de la Diputación provincial. Porque refleja la realidad: se trata de una persona perteneciente a una de las dos realidades incuestionablemente existentes en la provincia, aunque trabaja para ambas. Pero, vamos, que el metropolitano reconoce que el Bajo Aragón es otra galaxia distinta y lejana a la de Teruel, parece evidente.
El colaboracionismo del Bajo Aragón con Teruel lo hemos practicado muchos, aunque casi siempre por imperativo legal, desde que hace 176 años se nos impusiera a todos la actual demarcación provincial. Pero la realidad es que aquí existen como dos provincias, completamente separadas la una de la otra. Ningún proyecto de desarrollo futuro nos une y nos separan todos. Las aspiraciones de Teruel no interesan para nada en el Bajo Aragón que jamás podrá disfrutar del progreso allí alcanzado y viceversa. La diferencia estriba en que mientras allí disponen de todos los instrumentos que se concede a la metrópolis provincial para conseguir sus objetivos, aquí carecemos de todos ellos.
En todo caso, las dos realidades están condenadas a seguir separadas e ignoradas. En el Bajo Aragón no queda otra salida que mirar, como siempre fue en la historia, hacia demarcaciones territoriales contrapuestas y alejadas de Teruel capital. No lo tenemos fácil por este camino, desde luego. Pero, al menos, evitaremos estar siempre aplastados por la bota provincial puesto que en Teruel nos quieren tener dentro, junto a ellos, precisamente para impedir que crezcamos. Y al lado de Teruel jamás prosperará el Bajo Aragón.
La Ciudad del Motor de Aragón o Motorland, en Alcañiz, es el único gol que el Bajo Aragón le ha metido a la provincialidad turolense en estos 176 años. Ha sido un despiste imperdonable de los dos grandes partidos provinciales y ultraprovincialistas, el PP y el PSOE. El PAR, aunque también acepta sin pestañear la realidad provincial vigente, abanderó desde el primer momento el proyecto y ahora todos dicen respaldarlo. Pero las infraestructuras de comunicación, imprescindibles para que la Ciudad del Motor pueda desarrollarse, no existen y nadie sabe cuándo existirán. Las obras del desdoblamiento de la carretera N-232 o la prolongación de la A-68 desde Zaragoza hasta el Mediterráneo, por Alcañiz, no se licitarán, se dice ahora, hasta 2011, como pronto. Y de reabrir un ramal de ferrocarril entre Samper de Calanda y Alcañiz, el mismo que ya existió durante 78 años, desde 1895 hasta 1973, no se dice una palabra. Es que en Teruel, donde los dirigentes del PP y PSOE, que siempre son de allí y nunca del Bajo Aragón, quieren aplazar lo más posible la ejecución de estos proyectos, tan arrepentidos como están de haberse marcado en propia puerta el gol de la Ciudad del Motor, a disparo del PAR.
Para terminar, haré una pequeña puntualización a esta afirmación de Toni Losantos: “Los ecos del centenario de José Pardo Sastrón llegan por fin a la capital”. A ver, la inauguración del año de Pardo tuvo lugar en Valdealgorfa, el pasado 29 de enero, al cumplirse los cien años de su fallecimiento en dicha localidad. Luego la exposición itinerante siguió por Torrecilla de Alcañiz, su población natal, y ha recorrido otros pueblos y ciudades, siempre según el programa trazado por los dos ayuntamientos organizadores del centenario, que son los de Torrecilla y Valdealgorfa. A Teruel ha llegado, pues, cuando los dos organizadores lo han dispuesto. Y, como dice Losantos, han llegado “los ecos” del centenario. Igual que siempre. Entre Teruel y el Bajo Aragón apenas si se oye el eco y gracias.
miércoles, 3 de junio de 2009
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