jueves, 8 de octubre de 2009

Lenguas de trapo o miserias de la política

Ramón Mur

Las Cortes de Aragón han admitido a trámite esta mañana la proposición de Ley de Lenguas, presentada en solitario por el PSOE sin el concurso de su socio en el Gobierno, el PAR. Han votado a favor de la toma en consideración PSOE, CHA e IU. El PAR se ha abstenido y sólo el PP ha votado en contra. Empieza ahora el trámite parlamentario de ponencias y, antes de que finalice el otoño, tendremos la esperada Ley de Lenguas de Aragón. Nos gustará más o menos, pero la tendremos. Eso sí, con más de 20 años de retraso.

La política, tan salpicada como está de miserias, consigue muchas veces desvirtuar y menospreciar valores que la sociedad conserva como auténticos tesoros. Esta ley es un mandato reiterado en el Estatuto de Autonomía de Aragón: su aprobación por las Cortes se establecía en el texto de 1983 y también en el nuevo de 2007. Sin embargo, han tenido que pasar dos décadas para que, al fin, se regule por ley la pluralidad lingüística de Aragón. Nuestra comunidad todavía es la única plurilingüe de la España de las autonomías que carece de una ley apropiada a su realidad trilingüe. Por fin, parace que va a dejar de ser la excepción.

¿Qué ha pasado? Pues sencillamente que, a pesar del mandato estatutario, por esas miserias de la política, nuestros representantes institucionales han tratado los idiomas minoritarios que se hablan en Aragón, además del mayoritario castellano, como si fueran auténticas lenguas de trapo.

Y todavía queda mucha tela que cortar para que el aragonés y el catalán sean reconocidos como dos idiomas aragoneses, para que dejen de ser tratados como lenguas de trapo. Por el momento, la toma en consideración de la Ley ha sido aprobada. Pero el portavoz del PSOE, Luis Miguel Franco, ha reiterado que "esto es sólo el punto de partida, pero la ley saldrá de las cortes respaldada por un amplio consenso".

¿Qué ha querido decir? Pues sencillamente (y esto también es miseria política) que el PAR se va a sumar al PSOE, CHA e IU para respaldar con su voto el texto definitivo, dejando solo al PP. Los aragonesistas enmendarán el texto tantas veces cuantas sean precisas pero, al final, sellarán con sus socios el acuerdo que tienen ya perfilado desde hace meses. Por mucho que hoy el PAR haya querido escenificar su frontal oposición a reconocer el catalán como uno de los tres idimomas de Aragón, el PSOE sabe muy bien qué posición van a adoptar sus socios de Gobierno porque lo tienen pactado desde el comienzo del verano. Por el momento, sin embargo, el PAR ha creído sentirse obligado a representar, en sede parlamentaria, su papel de feroz anticatalanista, con el fin de tranquilizar a sus bases. La radicalización anticatalanista del PAR, no obstante, quería más y exigía que los nueve parlamentarios aragonesistas votaran, ya de partida, en contra de la mera tramitación de la proposición. No lo han conseguido porque no es verdad, si no flagrante mentira, que 35 comités locales del PAR exigieran a su partido que se posicionara en contra del reconocimiento del catalán como lengua de Aragón. Para empezar, algunos de los comités locales que se mencionan en la lista ni siquiera existen formalizados o constituidos como tales.

Aunque nadie lo diga, existen militantes en el PAR que SÍ QUE ADMITEN el CATALAN COMO IDIOMA DE ARAGóN Y SÍ DESEAN QUE SE LLAME POR SU NOMBRE, CATALÁN, A UNO DE LOS DOS IDIOMAS QUE SE HABLAN EN LA PARTE ORIENTAL DE ARAGóN, DE NORTE A SUR. Estos militantes, es verdad, son una minoría insignificante en el PAR, pero existen y están muy molestos por la reiterada insistencia de sus dirigentes en afirmar que "el PAR no reconoce el catalán como lengua de Aragón". A estos militantes les parecería justo que, al fin, sus dirigentes tuvieran la honestidad de decir que en "nuestro partido la mayoría rechaza el catalán como idioma de Aragón, aunque una minoría insignificante lo admite". Y también sería justo que se dijera, de una vez por todas, que no todos los miembros de la junta ejecutiva nacional del PAR aceptan que los militantes cercanos a la FACAO utilicen el nombre del partido para posicionarse en contra del catalán.

De la misma forma que en el PSOE aragonés, toda la militancia cierra filas a favor del catalán porque así lo quiere y manda su líder máximo, en el PAR ocurre justamente lo mismo pero en sentido contrario: que los jefes exigen que no sea reconocido el catalán y la militancia tiene que decir amén. Pero lo mismo que muchos socialistas de los pueblos bilingües, se oponen al catalán frontalmente, aunque ahora no lo pueden decir, en el PAR algunos militantes reconocen la lengua catalana como propia, aunque en este momento de poco les sirve decirlo.

A pesar, pues, de las miserias de la política, lo importante es que nadie se permita ya tratar a nuestros idiomas minoritarios como lenguas de trapo.

No hay comentarios: