¿De qué se queja Cristiano? El portugués quiso mucho en Pamplona pero pudo poco.
Ramón Mur
Muchos amigos y conocidos saben que, por haber nacido en Pamplona y algunos motivos más, soy forofillo rojillo, seguidor de Osasuna, forofillo hasta la muerte, que dice Fran Pérez. Es fácil, pues, explicar la alegría que me produjo el empate ante el Real Madrid, en el primer partido del año 2010. El campeón empató en Pamplona en noviembre y ahora el subcampeón. Ninguno de los dos ha podido vencer.
Contra el Madrid, Osasuna (que traducido del euskera al castellano significa LA SALUD)batalló sin descanso y obtuvo el mínimo premio que cabe esperar cuando se curra tanto. Pero los rojillos no plantaron al Madrid sólo esfuerzo sino también buen juego, digan lo que digan los comentaritas de aquí, que son todos unos aduladores aburridos e insoportables del florentinismo. En cambio, en Londres los comentaristas ensalzaron la facilidad que tuvo Osasuna para provocar faltas y más faltas de los jugadores del Madrid. Y la alabaron tanto como lamentaron la impericia rojilla en el juego a balón parado. Hasta tal punto que un locutor inglés de televisión afirmó: "Si yo fuera Camacho, me pasaría la semana entera entrenando el lanzamiento de faltas y saques de esquina".
Es decir, que Osasuna exhibió la salud del mejor juego y que si la defensa del Madrid cerró bien el paso a Pandiani y Aranda, la zaga navarra hizo que pareciera como si ni Cristiano Ronaldo ni Higuain estuvieran sobre el campo de fútbol. Especialmente sobresaliente fue la actuación de Roversio, reaparacido después de 18 meses de baja por lesión.
Así que más que nunca ¡AÚPA OSASUNA!.
lunes, 4 de enero de 2010
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