El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, el pasado 30 de noviembre en Zaragoza.
EDITORIAL
(Artículo editorial publicado en el último número de la revista MEZQUÍN de la Asociación Empresaral del Mezquín-Bajo Aragón)
A nuestra escala
El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, es de esos políticos que con frecuencia hace afirmaciones públicas que o crean polémica o no dejan indiferente a nadie. El lunes 30 de noviembre estuvo en el acto de entrega de premios y medallas de la Fundación ‘Basilio Paraíso’ a empresas centenarias de Aragón.
Ante el público que abarrotaba el salón de actos de la Cámara de Comercio de Zaragoza, antigua Feria de Muestras, Bono aseguró que para que en un país se pueda crear riqueza de verdad no son imprescindibles ni “las instituciones ni las personas que estamos en la cosa pública”. A su juicio, los únicos imprescindibles para hacer crecer en desarrollo a una comunidad social son los empresarios, “esas personas que se levantan cada día con la idea obsesiva de crear oportunidades”. Palabras chocantes, sin duda, en boca de un político.
Hubo época en que todo empresario era persona mal vista porque se la tenía como ambiciosa de ganancias privadas sin mesura, a costa del trabajador explotado. Hoy quizá se ha invertido de tal forma este enjuiciamiento que parece como si todo empresario sólo buscara, per se, el beneficio y el desarrollo sostenible de la sociedad en la que se mueve. Puede que no sea para tanto pero sí que es cierto, como dijo Bono el lunes en Zaragoza, que el empresario, grande o menor, es el motor del progreso, creador de riqueza porque es, como su denominación indica, emprendedor.
Y si los promotores de industrias y empresas son imprescindibles para lograr, a escala nacional el desarrollo de todo un país, a otra escala, más modesta, sin duda, como es la zonal o comarcal, ocurre otro tanto. Los socios de nuestra Asociación Empresarial del Mezquín-Bajo Aragón, nuestros empresarios, los de aquí, de casa, son los auténticos artífices de ese pequeño estado de bienestar rural, quizá todavía insuficiente, que hoy se palpa en nuestros pueblos.
Por eso el premio Vendor de Proyección Internacional, que hace unos días recibió la empresa Frutos Secos Alcañiz, recientemente fusionada en un nuevo consorcio con la agrupación de cooperativas del campo zaragozanas Arento, nos llena de alegría y es un ejemplo más de los muchos emprendedores que surgen en esta tierra. Sus responsables hablan en este número de la revista MEZQUIN de sus proyectos, sus afanes y también de sus preocupaciones.
Por fin, una de nuestras empresas del Mezquín, de esas que mostramos tal y como son “por dentro” en cada número de nuestra revista, la Panadería Lop de Castelserás, fue distinguida en el acto que presidió el presidente del Congreso, con el premio y la medalla ‘Basilio Paraíso’ otorgado a las empresas que en Aragón han rebasado la cota de los cien años de existencia. Para ella, una felicitación muy especial de toda la familia de la Asociación Empresarial. Nuestro presidente, Ricardo Lop, forma parte del clan familiar en el que esta panadería de Castelserás se ha convertido en una empresa floreciente.
jueves, 3 de diciembre de 2009
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