martes, 3 de febrero de 2009

La Candelera y el patrono San Blas


(Escrito para el programa de fiestas de Torrecilla) Foto Paco Climent

RAMÓN MUR

Las fiestas de invierno de Torrecilla son dos en una: la Candelera y San Blas. En 2009 hacen de portal del año dedicado a José Pardo Sastrón, con motivo del centenario de su muerte, acaecida en Valdealgorfa el 29 de enero de 1909. Don José, el boticario, se llamaba así mismo herbolario pero alcanzó renombre internacional como científico. Nació, a dos pasos del Edificio Consistorial de Torrecilla, en una casa de la calle hoy dedicada a su memoria, el 15 de abril de 1822. Apegado a su tierra y a sus costumbres, vivió con igual entusiasmo popular la solemnidad litúrgica de las Candelas y los festejos por San Blas, con “Polka, Shotisch y Varsoviana”, según escribió en su diario, en 1852. Tal era su fervor que en el cuaderno de 1867, tras describir la pompa de la misa mayor con seis sacerdotes, el deslumbrar de la hoguera y el alegre bailar al compás de dos gaiteros, gritó sobre el papel, pluma en mano: “¡Viva San Blas de Torrecilla!”.

La Candelera del 2 de febrero es la fiesta de la Purificación de la Virgen o de la Presentación de su Hijo en el Templo, según la ley de Moisés, a los 40 días de su nacimiento. Desde tiempo inmemorial, esta festividad confluye en Torrecilla con la de San Blas. A mediodía, había misa cantada seguida de procesión con candelas que recorría las naves del templo. Por la tarde, la celebración era de vísperas, las de San Blas, con el solemne canto de las Completas al anochecer.

A San Blas, el prelado sanador de enfermos, que libró a un niño de ahogarse con una espina de pescado atravesada en la garganta, se honraba y se honra con la quema de grandes piras de troncos de olivos y matorral de monte bajo. En torno al fuego, a los torrecillanos del siglo XIX se les hacía de día al son de la gaita del Tieso de Alcañiz, que era un fijo, por aquellos años de la vida de Pardo, en las fiestas de invierno de Torrecilla.

Don José, el boticario, se retiraba por la noche a la trastienda. Allí, a la luz del candil, escribió, entre 1848 y 1909, sus Diarios o Efemérides, conservados hoy en el Archivo Histórico de Alcañiz. Los diarios de José Pardo Sastrón constituyen una incomparable crónica de 61 años del Bajo Aragón en el siglo XIX, una etapa especialmente convulsa y conflictiva de la historia de España.

Pardo dedicó todos los años unos párrafos a las fiestas de La Candelera y San Blas en las páginas de las libretas de sus diarios. Así cuenta cómo en 1854, tanto para San Blas como para Santa Águeda, “hubo lucidos bailes de gaita con polcas y demás; hogueras y sermones”. Cuatro año después la música fue de Castelserás. El albéitar o veterinario Lorenzo Grafulla preparó, en 1878, una comedia sobre San Blas en la que no participaban mujeres y que, según don José Pardo, sobresalió por estar “muy bien escrita y dirigida”. El Tieso fue gaitero en los San Blas de 1881 a 1889, sin faltar un solo año. En 1890 hubo gaitero local: Francisco Gracia.

La reseña más extensa de Pardo sobre las fiestas de invierno de Torrecilla es la de 1891. José María de Jaime Lorén, en su libro sobre los Diarios de Pardo, la resume así: “Poca gente y gran hoguera a San Blas. Se representó en la noche del 2 la comedia de Grafulla sobre la vida del santo, en la plaza de la Iglesia, por los mozos vestidos de paisano. En el centro había una gran hoguera y además alumbraba el tedero [pieza de hierro sobre la que se ponían las teas[. Vinieron dos gaiteros de Belmonte y actuaron asimismo los músicos. Misa de terno del maestro Calahorra a una voz [cantada[ por Pardo y el alcalde Mariano Lorenzo, organistas el cura de Torrevelilla Don Antonio Giraldos y Don Urbano Mínguez, maestro de instrucción primaria de La Codoñera. En los despertadores se estrenó nueva letra y nueva música compuestas por Grafulla, la salve del Pilar se cantó a cuatro voces y el baile fue a beneficio de los pobres”.

En 1892 hubo hoguera, despertadores y rosario. El gaitero fue Francisco Gracia. Se cantó la misa, de terno, compuesta por Mínguez. Hubo música en las procesiones, diana y pan bendito. El baile de la lonja se cobró a real la entrada. El beneficio, para los pobres. En 1893, “por primera vez, a San Blas hoguera. Sermón y gaitero a cargo del municipio. Misa en solfa de Mínguez. Tocó el Tieso hijo”.

San Blas es el patrono principal de Torrecilla hasta el punto de que en las fiestas de septiembre en honor de San Miguel, que comparte patronazgo, se sale también en procesión de homenaje a San Blas. En el año 1883, según testimonio de Pardo, “para la procesión de San Miguel se estrenó el nuevo estandarte de San Blas en damasco rojo con asta, cruz y tela. Los cordones valieron 20 duros y en total, 100 duros”.

Si en las fiestas en honor del Arcángel, se despide el verano, después de haber pasado siega, trilla y recogida del fruto en el granero, por San Blas el nuevo año se da por entrado y florecen los almendros o apuntan ya.











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