Para conocer mejor y profundizar en la figura del botánico José Pardo Sastrón, el Grupo de Acción Local, junto con los Ayuntamientos de Torrecilla y de Valdealgorfa, ha puesto en circulación el Libro-guía del Centenario y Catálogo de la Exposición itinerante NATURA VIVENS sobre la vida y la obra del botánico bajoaragonés. Presentada el pasado 29 de enero en Valdealgorfa, dentro del acto de la apertura oficial del AÑO DE JOSÉ PARDO SASTRÓN, la obra recoge textos de Joaquín Lorenzo, Fernando Zorrilla, Ramón Mur, Monserrat Martínez, Vicente Martínez Tejero, José María de Jaime Lorén, Francisco J. Saénz, José Guarc, Nuria Sancho, R.M.-Teresa Thomson.
Este libro anticipa en sus páginas las novedades que los principales expertos en la figura y la obra del botánico aportarán a lo largo del año en el conocimiento de quien fuera el primer presidente de la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales.
Monserrat Martínez, directora del Instituto de Estudios Turolenses, publica en este libro un trabajo titulado "Lo que Pardo no necesitó". A su juicio, el boticario y naturalista de Torrecilla y Valdealgorfa "optó por la humildad: en su vida y en sus aspiraciones personales; en sus metas profesionales, de cara a la galería; pero optó por estar cerca del medio natural que le proporcionó, por una parte, los materiales para el estudio de tantas plantas, muchas de ellas de claro provecho medicinal y, por otra, la tranquilidad y soledad necesarias para llevar a cabo el ingente estudio científico que nos dejó".
Vicente Martínez Tejero, adelantado entre los especialistas en José Pardo, escribe sobre "las raíces familiares y farmcéuticas de los hermanos Pardo Sastrón". De familia de boticarios también, Martínez Tejero, aporta documentos desconocidos como el que se refiere al fallecimiento de la madre de José Pardo Sastrón, el 9 de diciembre de 1881. De la nota necrológica publicada por la revista "La Farmacia Española" es este párrafo: "... Madre de dos farmacéuticos, abuela de otro que también lo es, era viuda de un farmacéutico, de un farmacéutico cuyos ascendientes profesaron de la misma facultad; no es fácil saber hasta dónde llegan por ser tantos, puesto que ciento cuarenta años atrás ya había farmacéuticos en la familia".
José María de Jaime Lorén, autor de una tesis doctoral sobre los Diarios de Pardo, vuelve sobre la cuestión en el libro del centenario y afirma que "lo que en en un principio nació sin un objetivo claro, a medio camino entre libro de contabilidades de la farmacia y diario personal, se fue convirtiendo en un maravilloso fresco que refleja, con precisión notarial, cómo era la profesión de la época, con sus vaivenes y problemas, así como un maravilloso escaparate para ver, de cerca, la forma de vida en los pueblos turolenses de la segunda mitad del siglo XIX".
De José Pardo Sastrón, como "precursor de la etnobotánica" escribe Francisco Javier Sáenz Guallar, Secretario del Instituto de Estudios Turolenses. Desde su perspectiva, "el trabajo botánico de Pardo es, efectivamente, una obra original, innovadora dentro del panorama ciéntífico de la época a pesar de su aparente sencillez y de su localismo, ya que al no limitarse a desgranar el repertorio de especies vegetales del término municipal, sino centrar su atención también, de manera especial, en los usos, aplicaciones e incluso creencias populares de las plantas que cita, le convierte en un pionero de la etnobotánica en Aragón e incluso en nuestro país".
José Guarc, sacerdote de Valdealgorfa, analiza un aspecto muy destacado en la vida de Pardo: su acendrada religiosidad. El Guarc entiende que "José Pardo es un científico que utiliza los métodos experimentales de las ciencias en su elaboración de las recetas de farmacia, en su observación, estudio y clasificación de las plantas. Y a la vez, don José es un místico. La naturaleza es para él la transparencia de Dios". Sin embargo, el cura Guarc afirma también que "José Pardo Sastrón no es un crédulo. Es llamativa tanto la acogida que muestra a las informaciones que le brinda la sabiduría popular como la ironía con la que recibe las, en ocasiones fatalistas interpretaciones populares de distintos fenómenos atmosféricos que las gentes descifran como un mal augurio: sea la extraña y espesa niebla aparecida un día en La Codoñera, el sorprendente movimiento de las etrellas en la noche del 28 de noviembre de 1895 o la bella aurora boreal en la noche del 25 de octubre de 1870".
De las aportaciones del botánico Pardo a la agricultura se ocupa la joven de Torrecilla, Nuria Sancho, Ingeniero Técnico Agrícola, quien afirma en el libro del centenario que "el sistema de cultivo propuesto por Pardo de la adormidera es un ejemplo a seguir por su racionalidad. Propone un cultivo asociado de hortalizas de hoja de invierno (espinacas, acelgas o lechugas) y la posibilidad de poder aprovechar todavía el terreno, ya que la cosecha termina en junio.
Título del libro: Natura Vivens.
Varios autores.
Coordinación: Ramón Mur y Teresa Thomson.
Edita: Grupo de Acción Local del Bajo Aragón -Maatarraña. Ayuntamientos de Torrecilla de Alcañiz y de Valdealgorfa.
Diseño y maquetación: attis-multimedia.
83 páginas.
Imprenta de Octavio y Félez, Zaragoza 2009.
miércoles, 4 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario